La inversión recuperó 42,9% en el tercer trimestre. El consumo saltó 10,2%. Aun así, ambos operan un tercio y un cuarto, respectivamente, por debajo de los niveles previos a la debacle cambiaria de 2018
En el tercer trimestre, la inversión abandonó el piso al que venía cayendo hacía años y al que definitivamente se precipitó en la primera mitad del 2020. Registró una mejora sustancial de 42,9% trimestral y alcanzó una participación sobre el PBI de 14,3%, lo que implica cierta normalidad. Además, el consumo de los hogares mostró un repunte de 10,2%. Se trata de rebotes apenas parciales pero que en definitiva muestran una dinámica positiva. La actividad en general incrementó 12,8%.
Cabe destacar que en comparación con el primer trimestre del 2018, antes del inicio de la debacle cambiaria que marcó al fin de la gestión Cambiemos, luego rematada por la pandemia, la caída del consumo es de 25,3%. Para la inversión, la contracción respecto a aquella cima, que ahora queda tan lejos en la memoria, es de 35%
La Dirección de Cuentas Nacionales del Indec publicó los datos de actividad del tercer trimestre. El PBI, con su rebote trimestral desestacionalizado, logró recuperar apenas una parte de lo perdido durante el primer semestre. El 12,8% dejó a la actividad todavía 9,1% por debajo de los niveles del ultimo trimestre del 2019. Ese repunte parcial (en el primer semestre la caída era de 19,4%) se explica por la reapertura de sectores tras la Fase 1.
En adelante la pregunta es acerca del ritmo con el que evolucionará la economía sin ese efecto reapertura y con un consumo que camina relativamente lento. Según el promedio de las respuestas de los analistas y bancos de la city consultados por el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que realiza todos los meses el BCRA, en el último trimestre del año la actividad trepará apenas 3%. Lo que implicará una contracción en torno al 11% para el PBI 2020. El tercer año consecutivo de caída.
Para lo que sigue, desde la consultora LCG afirmaron: «De cara al 2021, esperamos una recuperación de la economía, con crecimiento superior al 4%, aunque empujada principalmente por bajas bases de comparación y una actividad operando en niveles mínimos. Será importante la evolución de los precios, considerando la inercia inflacionaria actual, para consolidar la recuperación del consumo privado. Por el lado de las exportaciones, no esperamos una fuerte tracción, aunque la recuperación de China y un viento a favor en los precios de commodities podrían tener alguna incidencia positiva».
El motor de la inversión
El mejor dato del Informe de Avance del Nivel de Actividad publicado por el Indec fue el de la inversión. Creció 42,9% respecto al segundo trimestre. El indicador venía desplomándose con fuerza en los años previos y había dado, casi en espejo, la peor noticia durante lo más duro de la pandemia. En ese entonces se había desplomado 27,3% y había llegado a una participación de 9,6% del PBI, lo que implicó destrucción de capital, según estimaciones privadas.
Además, para observar semejante participación sobre PBI había que retrotraerse a la hiperinflación. Ahora, con el nuevo rebote, llegó a una de 14,3% sobre el producto, lo que implica cierta normalidad. Igualmente la inversión sigue siendo muy baja y operó a niveles de 2009.