Los aranceles afectan a ambas economías.
Representantes chinos y estadounidenses se reunirán mañana y el miércoles en Shanghái para retomar las negociaciones comerciales, tras la tregua acordada a fines de junio por los presidente Xi Jinping y Donald Trump.
» China aborda fundamentalmente esta cuestión bajo un ángulo puramente económico y quiere simplemente cerrar un acuerdo. Pero Estados Unidos intenta juntar los problemas comerciales con una rivalidad estratégica», dijo a la AFP Wang Chuanxing, un profesor de la universidad de Tongji, en Shanghái.
Trump irritó a Beijing en mayo cuando incluyó en una lista negra al gigante tecnológico chino Huawei argumentando razones de seguridad. Ahora «el punto en común es que las dos partes quieren llegar a un acuerdo. Eso es muy importante», dice Wang.
La reanudación del diálogo está considerada como un paso en la dirección correcta y la elección de Shanghái, capital económica de China, también contiene una alta carga simbólica, estimaron analistas internacionales.
«Puede tratarse de una manera de alejar a Xi Jinping y a su entorno de las consecuencias potencialmente negativas de las negociaciones», apunta Michael Pettis, profesor de finanzas en Pekín.
El secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, quien lidera la delegación enChina junto al representante de comercio Robert Lighthizer, advirtió que quedan «numerosos problemas» por resolver, en declaraciones a la cadena CNBC.
El periódico Global Times, considerado como cercano al gobierno chino, admitió el viernes en un editorial que las negociaciones serán largas.
Según algunos observadores, China podría buscar estirar a propósito las negociaciones hasta las próximas elecciones estadounidenses de 2020, con la esperanza de que haya un presidente más dispuesto a negociar que Trump.
Por el lado chino, la delegación negociadora estará de nuevo encabezada por el vice primer ministro Liu He, cercano al presidente Xi Jinping.
Pero el ministro chino de Comercio, Zhong Shan, considerado como un negociador de la línea dura, podría tener un papel más importante.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos ya está afectando a sus economías.
El crecimiento chino se ralentizó en el segundo trimestre (+6,2%), su nivel más bajo en al menos 27 años.
Por su parte, los agricultores estadounidenses, uno de los principales apoyos electorales de Trump, se quejan de la caída de sus exportaciones a causa de las tensiones comerciales conChina.